En los últimos años, se ha vuelto tradición y superstición que los nuevos enamorados frecuenten el Puente de Occidente, conocido también como “El Puente del Amor”, en Santa Fe de Antioquia, como destino obligado para muchas parejas que llegan a sellar su amor dejando un candado cerrado y tiran las llaves a las aguas del río Cauca.
El puente, es testigo de un gesto romántico, y a todo lo largo de sus recorridos se han llenado de candados marcados con las iniciales o nombres de los enamorados, como símbolo de un amor fuerte y duradero.
Las parejas traen sus propios candados, o los compran en los sectores aledaños para ponerlos por siempre según ellos en las estructuras del puente, lanzando la llave al río, como si se estuvieran prometiendo amor eterno, o dándole el significado del decir del sacerdote frente al altar, “los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe”, aunque algunos regresen a buscar la llave al fondo del río porque no soportan más las ataduras de un amor que perdió su dulzura apenas se juraron amor para toda la vida.
Otros los han visto cantando la música popular del Puente Roto, hecho famoso por las Hermanas Calles:
“Cuánto yo supe quererte/ Te abrazaba yo en el puente/ Nos quisimos de un jalón.
En las tardes tan serenas/ Por las verdes arboledas/ Me robaste el corazón.
Luego vino el tiempo de aguas/ Ya no supe dónde andabas/ Y todito se acabó/
Y para colmo de mi suerte/ Fue creciendo la corriente/ Y hasta el puente se rompió.
«El puente roto», le llamo yo/ A tu cariño que se rajó/ Así dejaste a mi corazón/ Hecho pedazos por tu traición (…)