El túnel de desviación derecho de la Central Hidroeléctrica Ituango, fue, en su momento, protagonista de una contingencia que mantuvo en vilo al país desde el 12 de mayo de 2018. Un día que, trazado por la angustia y la incertidumbre, terminó con el taponamiento natural de dicho túnel y que produjo una creciente en el río Cauca que obligó a que muchas familias tuvieran que evacuar sus viviendas.
Sin embargo, ahora, seis años después, con el taponamiento definitivo de este túnel, se puede rescatar también una comunidad más confiada, segura, cercana al proyecto y, sobre todo, con una mirada más clara frente a lo que representa Hidroituango.
“A raíz de la contingencia se ha afianzado una relación más estrecha entre la comunidad, EPM y el proyecto. En este momento, nosotros visualizamos lo que hay en el territorio y vemos unas comunidades más resilientes, que tienen de primera mano gran cantidad de información importante y creo que ese ha sido uno de los factores fundamentales, porque la hemos empezado a tener esa confianza con EPM”, expresó Jader Gómez, el comandante del cuerpo de bomberos voluntarios de Valdivia.
Aunque no ha sido un proceso fácil, desde el primer momento EPM ha estado presente en el territorio con la convicción de que, junto al equipo de profesionales, los líderes comunitarios y los habitantes de estas zonas, es posible transformar el miedo en esperanza a través de la creación colectiva.
“Quiero darle un agradecimiento a EPM por la oportunidad que nos ha dado de fortalecernos como personas, como comunidad, ya que ellos con los diferentes convenios que están en el territorio nos han fortalecido para que seamos cada día mejores, ha fortalecido lo que es educación, el sentido social, los proyectos, entonces es como también dar ese agradecimiento porque siempre está en el territorio presto a las comunidades”, dijo Gladis Tamayo, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Pescado, de Valdivia.
Y es que si bien, el pasado 19 de septiembre con el cierre definitivo de este túnel se marcó un hito muy importante para el país y para los avances de la hidroeléctrica, para EPM es realmente una manera de devolverle a las comunidades la tranquilidad que un día perdieron, y reiterarles que lo más importante siempre será su seguridad y bienestar.
“Toda nuestra mirada ha cambiado, el trabajo de EPM en el territorio ha hecho que a pesar de todo lo que pasó en su momento no nos sintamos solos, porque realmente ellos siempre nos han correspondido”, afirmó Gladys Tamayo.
Durante estos años, el protagonismo de las comunidades ha sido esencial para ir avanzando en este proyecto que a la fecha proporciona más de 1.200 megavatios de energía para el país.
Cada una de las 8 unidades de generación de Hidroituango tiene una capacidad instalada de 300 megavatios, lo que equivale por cada unidad al suministro de energía de una población con 540 mil habitantes; es decir que puede abastecer por completo una ciudad como Ibagué.