El 3 de diciembre en Cali, Valle del Cauca, la Policía Metropolitana desarticuló una banda dedicada a robar viviendas en la ciudad, principalmente de narcotraficantes, para llevarse las caletas y evitar ser denunciados.
47 personas fueron capturadas durante el operativo, entre ellas 16 policías que facilitaban información: “Esta organización se dedicaba a hurtar solamente dinero y joyas, sin considerar electrodomésticos, vehículos u otro tipo de elementos (…) Abordaba a personas que conocían la existencia y ubicación de las caletas, a quienes ofrecían porcentajes muy representativos por información sobre las mismas. Sin embargo, cuando la información era errada tomaban represalias que podían costarles hasta la vida”, dijo el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali.
Las autoridades siguen en búsqueda de uno de los cabecillas de la banda, quien durante el allanamiento simuló su muerte para huir.
Los policías fueron detenidos gracias a la colaboración de otros uniformados, que suministraron las evidencias necesarias para la desarticulación de la estructura criminal: “Y es ahí cuando nuestros policías que no se dejaron corromper, en armonía con asuntos internos, avanzaron de tal forma que se constituyó en la noticia criminal (…) Y, en el mismo sentido, en el marco de política integral de transparencia institucional, serán procesados por los delitos de cohecho, prevaricato”, anotó el oficial.
Los detenidos, señalados de cometer por lo menos 30 hurtos por sumas de hasta 500 millones de pesos, deberán responder por los delitos de concierto para delinquir, hurto agravado y calificado y porte ilegal de armas de fuego.
El dinero robado era invertido en préstamos y compraventa de vehículos. Los delincuentes no adquirían bienes suntuosos para no llamar la atención de las autoridades y comunidad en general.