Durante cinco largos años, Doris Patricia Serna vivió atrapada en el abismo del consumo de sustancias psicoactivas y la dura realidad de ser habitante de calle.
A sus 40 años, lo había perdido todo, familia, estabilidad y la esperanza de un futuro mejor, sus días se desvanecían en las calles, lejos de los brazos de sus seres queridos y del calor de un hogar.
Pero el destino le tenía preparado un milagro, un día, la vida le ofreció una segunda oportunidad, con el apoyo de la Fundación Todo por un Alma, que creyó en ella cuando pocos lo hacían.
Fue un camino lleno de retos, de caídas y levantadas, pero su fe y determinación la llevaron a encontrar la luz que tanto necesitaba.
Hoy, Doris Patricia Serna es un verdadero ejemplo de vida, ha logrado dejar atrás el oscuro pasado que la atrapaba, ha renacido como una mujer llena de esperanza, rodeada del amor de sus padres e hijos.
Cada día que pasa es un testimonio de que los milagros existen, y ella es prueba viviente de eso.