Editorial | En defensa de los peludos

EDITORIAL | La Chiva de Urabá


En Urabá hay pocas organizaciones y personas reconocidas como defensoras de los animales, una en Turbo y dos en Apartadó, al menos que desde La Chiva de Urabá conozcamos por sus preocupaciones para que ‘los peludos’, como los llaman, tengan calidad de vida, sean adoptados, alimentados o curados.

Gente altruista propendiendo por la vida de indefensos caninos, felinos, equinos o animales silvestres, contrastando con quienes celebran con el ruido de la pólvora, que tanto daño causa a la fauna doméstica y natural, pero igual nos llamamos racionales.

Estas personas amorosas por los “irracionales”, incondicionales, trabajan con las uñas; doña Gloria Herrera, que se llena de perros y gatos en su residencia, hogar de paso que ya ha amenazado con cerrar, o Albeiro Ochoa, a quien le toca mendigar alimento para los animales, cuando muchas veces los altruistas están llenos de necesidades materiales.

Casi a diario se publican avisos de gente sufriendo porque se les extravió las mascotas, a veces única compañía de los niños o adultos, lo que afecta sus emociones.

Es necesario prestar atención a los animales en condición de calles, quienes deambulan con hambre y sed, pidiendo en restaurantes, ventas de comidas ambulantes o pasan por las calles a ver que sacan de las basuras, encontrando maltrato y desprecios.

Esta gente necesita que los nuevos alcaldes dentro del Plan de Desarrollo que deben aprobar en sus primeros meses de gobierno, incluyan las perreras y cosos municipales de verdad, y los entreguen en administración a quienes saben de esos menesteres, como los altruistas de los que hemos venido hablando, quién mejor que ellos para cuidar a los peludos en condición de calle, dados en adopción o abandonados.

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