Opinión: Rafael Abelardo Romaña-ROCO
Continuando con mi saga por el camino de mi existencia bien vivida ya que las tragedias que me han atacado hacen parte inexorable de existir. Y han servido para conocer de qué estoy hecho. Me han gritado de todo, me han vituperado unas veces con razón pues he sido el actor de tales razones, pero en la mayoría de los casos la sinrazón de muchos ha hecho carrera. No me quejo pues los mortales de bluyines, sudaderas peadas, mocasines y gafas oscuras somos así.
Fui ratón de famosas bibliotecas y de libros abandonados en cajas viejas y en ellos conocí el mundo. Desde Corin Tellado hasta Julio Verne, desde Marcial la Fuente con sus pistoleros del oeste hasta Truman Capote con su «Sangre Fría». Desde las revistas pornos, hasta la revista Life que me enseñó que había gente de farándula que viven en un mundo de luces y lentejuelas a los que llaman «gente de bien» versus la «Voz Proletaria»; periódico de la zurda que pregona que también existimos «proletarios».
Leí desde la «Epopeya» donde hay dioses, hasta «Treblinka” donde unos manes llamados Nazis masacraron todo un pueblo con gases letales, como sucedió con “La Primera Línea» en un gobierno de ingrata recordación y el mundo cómplice guardó silencio.
También gocé de los poemas revolucionarios de Pablo Neruda en su Isla Negra, como disfruté las historias de mar del gaviero Álvaro Mutis, el mejor escritor colombiano sin premio Nobel.
Releía los periódicos diarios que le llegaban a mi papá por suscripción y después con el placer de una cagada convertía en «voladores» que caían olorosos al caño del matadero viejo de mi amado barrio Cacó, por eso hoy escribo mis garabatos con el estilo que cree muy personal de tanto usarlos.
Escribir bien es muy difícil y ni los grandes literatos lo han logrado, pero no sé puede escribir ni «regular» quien no lee. Afortunadamente para los que nos atrevemos apareció Facebook que en su afán comercial aguanta todo; un libro abierto, cualquier libro es un mundo nuevo a descubrir.
Los dejo por hoy, mañana Dios mediante continuaré.
Rocosa: todos tenemos algo que decir o, escribir de la historia de nuestra vida, pero a veces, muchas veces gastamos el tiempo hablando mal del vecino que sin importarle un culo vive a su manera; habla de ti que te conoces mejor.
Con cariño la dejo ahí Roco.