OPINIÓN | TOMASA MEDRANO RAMOS
Docente y líder afrodescendiente de Turbo
Nacer de nuevo es una invitación a la restauración del ser humano como tal, la posibilidad de mejorar, cambiar lo que nos impide avanzar y ser productivos, agradables, divertidos, comprometidos con el entorno y a su vez aportarle a la solución de los momentos difíciles, como otras formas de enfrentarnos a los miedos y temores de los cuales no podemos escapar, por más que los ignoremos.
Todos los días se convierten en la posibilidad de transformarnos, de aportarle a esta sociedad iniciando desde nuestras familias, hogares, empresa, vecindario, comunidad, y no es de unos pocos, el compromiso, el gran reto es de y para todos.
Quiero que despertemos a ese yo interior que está atravesando por un momento difícil, que cree que el mundo se le vino encima, que no tiene salida, está desesperanzado, para que se levante y se “sacuda”.
Que se mire al espejo y revise qué le está pasando, busque las causas y las consecuencias, también revise qué situaciones estuvieron en sus manos y cuáles producto de su actitud.
Porque ese cuentico de que ‘me salaron, soy de malas, me cayó una racha’, y los ve uno ahí como llevados del que los trajo, sin espíritu, bien relajados y esperando que otros le solucionen sus problemas, ya estuvo bueno. Póngase las pilas, que todo mundo se cansa de llevar cargas ajenas.
Deje de lamentarse, que entre más se queje más le duele. La cosa está dura por todos lados y por eso hay que moverse, buscar alternativas, intentar nuevas formas de salir adelante, tocar puertas, hablar con otras personas, cambiar de hábitos de vida…
No tiene lógica que una persona sin empleo duerma hasta el mediodía y se levante aburrido a lamentarse. Dice el refrán que ‘el que madruga Dios le ayuda’, el trabajo hay que salir a buscarlo y no darse por vencido, toca dejar el orgullo a un lado si queremos sobrevivir y no decir “DE ESA AGUA NO BEBO YO” porque más rápido nos ataca la sed.
Dejemos a un lado la envidia, la intriga, la vanidad, los celos, la rabia y la competencia de quién tiene más. Si está en nuestras manos demos felicidad a alguien y vivamos tranquilos compartiendo el milagro de la vida, y recordando que se puede nacer de nuevo gracias a la actitud con la que despertemos cada día.
