OPINIÓN | RAFAEL ROMAÑA «ROCO»
Estimado Edgar: es posible que no te guste lo que voy a decir, de eso se trata oír a veces lo que no se desea. Te has caracterizado por ser un hombre de paz -no pendejo- eres humilde e inteligente, allí radican las virtudes que te hacen un gran candidato. Un gran hombre. Un gran líder. Da la batalla por tus convicciones, pero no te desgastes por los que solo quieren el poder para joder.
Tus 17 mil votos son el producto de tu lucha, como eficiente funcionario, gerente y candidato brillaste con luz propia. Sé que la ley permite batallas jurídicas y hay que usarlas, pero no te dejes llevar de la emoción. Te recomendaría volver a los cuarteles de invierno a descansar y con cabeza fría pensar en la próxima campaña.
No te desgastes, eso es lo que muchos quieren para debilitar tus aspiraciones, pues con orgullo debo decir que eres el único candidato que queda con prestigio electoral, y si haces bien la tarea el próximo alcalde eres tú.
Primero, porque aún se te extraña, se te quiere y respeta. Segundo, porque eres el rey de la estrategia y aprenderás de esta experiencia. Con el poder no se pelea, con el poder se dialoga. Nada es imposible mediante la palabra sabia y decente. O haces una oposición reflexiva o llegas a acuerdos sobre lo fundamental por Turbo y para Turbo.
Felipe no es tonto para hacerte a un lado, pues tu fuerza es tan fuerte como la de él, y si piensa patrioticamente en la comunidad pueden llegar acuerdos importantísimos. No escuches cantos de sirena de los que como Pedro, antes de que cantara el gallo, te habían negado tres veces. No creas en aquellos que sin tú haber llegado estaban vendiendo su candidatura, distrayendo en forma macabra al electorado.
No creas en los que registraban en las redes con sus áulicos, pero el pueblo los abominaba, no miento, mira sus cifras. Si vas a dar la lucha que sea por ti y tu sincera gente, no lo hagas por los que solo quieren utilizar tu aureola de hombre bueno, relájate que el pueblo raso espera. Ya vendrá tu oportunidad; el tiempo de Dios es perfecto.
El mundo no se acaba por una derrota, los hombres grandes la convierten en triunfos magistrales. Tiende la mano al amigo, se magnánimo, solo tú eres como Mandela, «el capitán de tu barco», enrútalo hacia aguas tranquilas donde puedas descansar y restaurar las heridas, mirar el horizonte y con la tripulación que aún te quede en el momento justo izar de nuevo las banderas hacia una nueva batalla de ideas, de proyectos como 3T, y pa’lante.
Espero insultos gratis, pero se tenía que decir y lo dije.
Un abrazúo… Roco…
