POR: TOMASA MEDRANO RAMOS
DOCENTE Y LIDERESA AFRODESCENDIENTE DE TURBO
Es una bonita experiencia volvernos a encontrar después de todo el distanciamiento vivido y lo riguroso de las medidas de bioseguridad, reconociendo que aún no ha pasado este virus que sigue haciendo daño revestido de otras formas para unos más letales y para otros una gripa que se puede atender desde los cuidados ancestrales de múltiples bebidas de plantas como el anamú, el matarraton, el jengibre, la moringa, acompañados de limón, limoncillo.
Igual, hay que seguir usando el tapaboca y cuidarnos para seguir encontrándonos de manera física, porque esto en el caso de los niños y jóvenes permite mejores formas de interrelación y aprendizajes mucho más participativos y significativos.
Encontrarnos con el 100% de los estudiantes después de la alternancia medio año y virtualidad de 2 años con otros, resulta una sensación súper especial, llegaron con mucho entusiasmo, con muchas cosas por decir y contar, valorando mucho más su espacio educativo y la posibilidad de estar reunidos.
Parecían ávidos de ser atendidos, no paraban de hablar con sus compañeros y pienso que valoraron esa bella oportunidad, regresaron mucho más receptivos aspecto que debemos utilizar al máximo esta condición para fortalecer valores como la escucha, el respeto, la tolerancia y la fe. Entender que la vida es valiosa y que nadie la tiene comprada, que puede llegar el día menos esperado y el momento en que más lejano la veamos, lo otro es a manifestarles el amor y gratitud a las personas en vida en su momento para no lamentarnos después cuando ya no tienen sentido lo que decimos de ellas.
El regreso debe ser una oportunidad para el cambio, la reflexión profunda, replantear acciones, sacar a flote las potencialidades, trabajar en grupo, apostarle a las causas comunes, romper un poco con la indiferencia , entender que a todos nos importa, que estamos llamados a la unidad, que somos valiosos, necesarios.
Que el aporte de cada uno cuenta al momento de querer cambiar, que somos una gran familia, aunque hayan roces, malos entendidos, rivalidades que con comunicación asertiva se pueden sobrellevar de mejor forma.
Volver a la presencialidad nos compromete, nos reactiva, nos mueve de la zona de confort pues es una nueva época y trae consigo exigencias a las cuales debemos responder con profesionalismo y alto nivel de compromiso.
No podemos ser inferiores a las realidades de los entornos y el momento que vivimos, muchas cosas se nos avecinan y desde los entornos escolares podemos también aportar el granito de arena para crear conciencia colectiva y se logre escribir una historia distinta en el territorio y el país.